viernes, 30 de marzo de 2007

La Represión y Lo Inconciente

LA REPRESIÓN

La posibilidad de una represión no es fácil de deducir en la teoría, para ello es evidente que la meta pulsional devenga en displacer en lugar de placer. Pulsiones así no existen ya que una satisfacción pulsional es siempre placentera. Lo que ocurre es lo siguiente: “la satisfacción de una pulsión sometida a la represión seria sin duda posible y siempre placentera en sí misma, pero seria inconciliable con otras exigencias y designios". Por tanto produciría placer en un lugar y displacer en otro.

La represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen; no puede engendrarse antes de que se haya establecido una separación nítida entre actividad conciente y actividad inconciente y su esencia consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejada de ella.
La represión es inconciente. Existe diferentes etapas:
a) La represión primordial que consiste que a la agencia representante de la pulsión se le deniega el acceso a la conciencia estableciéndose una fijación; a partir de ese momento la agencia representante en cuestión permanece inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.
b) La represión propiamente dicha que recae sobre los retoños psíquicos de la agencia representante reprimida o sobre los itinerarios del pensamiento que se han asociado a ella.Es un esfuerzo de dar caza.

La represión NO impide a la agencia representante de la pulsión seguir existiendo en lo inconciente, continuar organizándose, formar retoños y anudar conexiones. En realidad la represión solo perturba el vínculo con lo conciente. A la conciencia sin mas solo llegan los retoños que están lo suficientemente distanciados de lo originalmente reprimido, porque únicamente desfigurados pueden salvar la censura de lo conciente y no sabemos hasta donde debe llegar tal desfiguración ya que la represión trabaja de modo individual cada retoño de lo reprimido puede tener su destino particular (Formación de compromiso) y también móvil ya que la represión supone un gasto de energía constante: lo reprimido ejerce una presión continua en dirección a lo conciente, a raíz de lo cual el equilibrio debe mantenerse por medio de una contrapresión incesante. La movilidad se expresa en el dormir para posibilitar la formación de sueños y con el despertar se vuelven las censuras.
La represión separa la representación del afecto, este puede tener un destino diferente que el de la representación: que será siempre el mismo: desaparecer de lo conciente si antes fue conciente o seguir coartada de a conciencia si estaba en vías de devenir conciente, pero el afecto (factor cuantitativo de la agencia representante de la pulsión) tiene tres destinos distintos: La pulsión es sofocada por completo, o que salga a la luz como un afecto o se mude en angustia.
La represión no tenía otro motivo ni propósito que EVITAR EL DISPLACER. De ahí se sigue que el destino del monto de afecto de la agencia representante importa mucho mas que el destino de la representación Entonces si no consigue, la represión, impedir que nazcan sensaciones de displacer o angustia se dice que ha fracasado.

El mecanismo de la represión solo nos es asequible al saber de lo resultados de esta, no es la represión misma que crea formaciones sustitutivas y síntomas, sino que éstos, en cuanto indicios de un retorno de lo reprimido, deben su génesis a procesos completamente diversos.
Anticipa que: a) que el mecanismo de la represión no coincide con el de formación sustitutiva, b)existen diversos mecanismos de formación sustitutiva y c) los mecanismos de la represión tienen en común la sustracción de la investidura energética o libidinal.

Los fracasos de la represión se ven en:
· La fobia en donde no hay ahorro de displacer sino desplazamiento del mismo hacia otros objetos exteriores que lleva a una cantidad de evitaciones destinadas a excluir el desprendimiento de angustia
· La histeria por un lado: porque solo se hace posible mediante diversa formaciones reactivas, pero con respecto a la finiquitación del afecto constituye un éxito completo. El proceso represivo de la histeria se clausura entonces con la formación de síntoma y no necesita recomenzar en un segundo tiempo como ocurre en la fobia.
· La NO que descansa en la premisa de una regresión en donde la aspiración sádica reemplaza a la tierna y esta hostilidad es la que se reprime, el afecto es completamente diverso primero alcanza un éxito pleno: se rechaza la representación y se desaparece el afecto pero en la formación sustitutiva hallamos una alteración del yo en escrúpulos, y la represión produce una sustracción de libido y una formación reactiva por fortalecimiento de lo opuesto. Esa represión inicial no resiste ya que la formación reactiva es el lugar donde lo reprimido retorna y el afecto “desaparecido” retorna en angustia social, angustia de la conciencia moral, en reproches sin medidas.


LO INCONCIENTE
La represión consiste en impedir que una R de la pulsión devenga conciente, todo lo reprimido tiene que permanecer icc, aunque lo reprimido sea solo una parte de lo icc.
Lo icc se conoce cuando se transforma: por transposición o traducción.

Justificación del concepto de lo icc
Es necesario y legitimo.
NECESARIO: Los datos de la ccia son en alto grado lagunosos, en sanos y enfermos aparecen actos psíquicos cuya explicación supone de otros actos de los cuales la ccia no es testigo. Estos actos son:
· Los fallidos
· Sueño
· Síntomas
· Y en la vida cotidiana: ocurrencias (cuyo origen desconocemos y con resultados de pensamientos cuyo trámite se no oculta).

No es mas que una presunción insostenible exigir que todo lo que sucede en el interior de lo anímico tenga que hacerse notorio para la ccia. Es mas: la ccia abarca solo un contenido exiguo, la mayor parte lo que llamamos conocimiento conciente están en estado de latencia, vale decir en un estado de inconciencia. Y atendiendo a todos nuestros recuerdos latentes seria inconcebible que se pusiera en entredicho lo icc.
Pero esto latente es susceptible de ccia. Es indudablemente el saldo de un acto psíquico, que corresponden a restos de procesos somáticos de los cuales lo psíquico puede brotar de nuevo.

LEGITIMO: A cada uno de nosotros, la conciencia nos procura solamente el conocimiento de nuestros propios estados anímicos, que otro hombre per analogiam tiene ccia y por ende icc. A través de una identificación, es decir volviendo hacia la persona propia ese modo de razonamiento llevándonos a descubrir el icc, en rigor de una “supuesta conciencia otra, segunda” que en el interior esta unida a la que me es notoria, es decir actos psíquicos que carecen de conciencia.

Kant:
Nos alerto para que no juzgáramos a la percepción como idéntica a lo percibido incognocible, descuidando el condicionamiento subjetivo de ella.
Psicoanálisis:
Nos advierte que no hemos de sustituir el proceso psíquico inconciente, que es objeto de la conciencia, por la percepción que esta hace de él.
Como lo físico, tampoco lo psíquico es necesariamente en la realidad según se nos parece.

Sentimientos inconcientes:
La represión supone un divorcio entre afecto y representación, los cuales tienen destinos diversos:
· La R se mantiene icc
· El afecto puede tener tres destinos distintos.
El afecto puede exteriorizarse y percibirse en la ccia como un sentimiento cuando sale a la luz como angustia o como afecto, es percibido pero erróneamente.

Ya que una pulsión no puede NUNCA pasar a ser objeto de la conciencia. Siempre se enlaza a una R (en la ccia y en el icc). Si esta no se adhiriera a una R o saliera a la luz como un estado afectivo nada podríamos saber de ella.

Tópica y dinámica de la represión
La R reprimida conserva su investidura en el icc pero el Pcc se le sustrae: “el paso desde el Icc a uno contiguo acontece mediante el cambio de estado, una mudanza de investidura. Se sustituye investidura por libido, ya que se trata de destino de pulsiones sexuales
Dos procesos:
· En el esfuerzo de dar caza, represión propiamente dicha se mantenga la represión, se suma la sustracción de la investidura icc.
· Y en la represión primordial mediante una contrainvestidura el Pcc se protege contra la R icc ocasionando un gasto constante de energía.

FOBIA: Consiste en que la angustia surge sin que se perciba ante que. La investidura fugada se volcó a una R sustitutiva, se desplazo a una que estaba distanciada de la R reprimida, que se retiro (la investidura) a modo de huida.
HISTERIA: En donde el papel de la contrainvestidura que parte del sistema Cte o Pcc sale a la luz en la formación de síntoma.
N.O.: La contrainvestidura sale al primer plano como formación reactiva.

Al predominio de la contrainvestidura y a la falta de una descarga se debe que la obra de la represión aparezca en la histeria de angustia y en la N.O. mucho menos lograda en la histeria e conversión.

*Marilen torres*

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